jueves, 21 de mayo de 2015

Música para el viaje (6) Close To the Edge


https://youtu.be/GNkWac-Nm0A

Cuidado animales sueltos - (6) La Promesa

LA PROMESA
a mis hijos, triperos todos
a Jorge y Marifé
a mis compañeros de paravalancha de la cancha de Gimnasia y Esgrima de La Plata


Era muy difícil… sabíamos que era muy difícil. Volvimos de Rafaella con una pena…recordábamos la última vez que habíamos ido al descenso, pero primaba mas la epopeya de la vuelta, de los partidos contra Racing, Flores, Gabriel Pierino Pedrazzi... epopeya, el Charly Carrió… sentimiento de epopeya era lo que se sentía pensando en aquella vez, pero esto era distinto… Para salvaguardar la mística llamé a los compañeros de militancia y todos iban, ahora más viejos, con sus hijos y esposas y fui hasta la casa de Jorge y María a buscarlos para compartir la tribuna.
Ellos vivieron el regreso a la A desde México, desde el más absoluto silencio del exilio.
Con las viejas camisetas, la bandera en jirones y el corazón y el sentimiento intacto nos acercamos a la cancha, a vivir nuestra pasión, nuestro pedacito de esperanza revolucionaria. Jorge estaba vestido todo de verde oscuro…parecía un kiwi
Minuto a minuto fuimos disfrutando cada circunstancia del encuentro, silbido y algunas puteadas para una concentración policial desconsiderada, el jefe de la seguridad privada y su camiseta bajo el sacón, las caras de la gente que esperaban que pasara el momento y que todos nos encontráramos en 7 y 50.
El pasado y el presente en un instante…mi viejo, que me llevó a la cancha de chico y me dijo que eligiera, mi amor por la camiseta, mis tardes de pileta, mi llanto en el 79, alguna novia siguiendo campañas, el penal errado contra San Lorenzo en la B… y esta chica rubia que rezaba un rosario y un muchacho que puso una estampita de la virgen desatanudos y María que insistía en decir
-   los partidos hay que ganarlos en la cancha y en la tribuna, no rezando…”
y nuestras risas con Jorge comentando
-      es una marxista clásica, j aja ja, el opio de los pueblos, j aja ja –
Todo se hizo silencio, todo fue grito, todo fue ojos, manos, saltos, pero el partido iba y venía y nada cambiaba. Me dolía escuchar a los de Rafaella que cantaban tan enérgicos en su evidente regreso a la A, Pero no había pautas de poder rescatar el partido…
El flaco de la colita en el pelo me pedía que no me moviera del lugar donde estaba. María me miraba y me decía
-   ¿y?
Mi hijo se abrazaba a la bandera… las miradas expectantes daban muestra de la situación. Marcelo Lofeudo sacando fotos en la cancha se agarraba a la máquina con marcado temor y llegó el gol de Alonso. Muchos no lo pudimos gritar, no sabíamos si gritarlo…no sabíamos… los corazones pulsaban para que todos fueran adelante, pero no sabíamos… a los 42.56 el propio Alonso la pifia frente al arco, pero nadie decía nada, la gente se tocaba, se miraba
El juego es así, lo que no sucede en muchos minutos sucede en una jugada de Aued a Niell y gritamos el segundo gol… y Niell tiró una patada voladora eterna cuando fue a buscar la pelota y nosotros nos abrazamos, nos besamos… recordé a esa mujer que amo y a quien me hubiera gustado tener a mi lado. Jorge tenía los ojos llenos de lágrimas y me apretaba el brazo y el mundo paró en el bosque, el mundo se tiñó de azul y blanco y Cuevitas, como de paseo por la 8 peatonal de los sábados, paró, enganchó y como viniendo de otro mundo Niell volaba y de cabeza ponía el 3 a 0
Alguien que no se desde donde salió me abrazó, yo solo lloraba, solo miraba la cancha como un chico y pensaba en mi viejo que me dijo “elegí” y sentí que había llegado el día que esperaba, el grito… ese grito sagrado del hincha…
La gente se abrazaba, se besaba, volví a pensar en ella en esos momentos y de pronto Jorge se me acerca y me dice llorando
-cuando vaya a San Juan voy a llevarle una botellita de agua a la Difunta Correa…
-¿A quién? dijo María secándose las lágrimas
-a la Difunta Correa
-¿desde cuando haces promesas a la difunta correa?
-la hice hace un ratito
la gente deliraba en sus festejos, yo escuchaba la conversación entre mis lágrimas y la risa del planteo de María
-Jorge… 40 años casados y ahora me entero que le haces promesas a la Difunta Correa
-Siiiiiiiiiiii - gritó Jorge – si, le prometí que si no nos íbamos le llevaba la botellita y se la voy a llevar-
a nuestro alrededor la gente saltaba, lloraba, gritaba, perdía el aire y Jorge acentuaba su discurso
-   no nos vamos, carajo  no nos vamos. Gracias Difunta, gracias!!!!!!!
El “uhhhhhhh” de la pelota que Bisconti hizo rebotar contra un compañero hizo que volviéramos al partido, el pitazo final, hizo que los abrazos se multiplicaran y que todos saliéramos de la cancha abrazados, embanderados. Jorge y María caminaban sin hablarse
“El Opio de los pueblos”… me dije y vi una calle eternamente azul y blanca que albergaba a miles de sonrisas…
“El opio de los pueblos”…me dije y apreté bien fuerte la crucecita con mis iniciales y sus iniciales y ella me vio cruzando plaza San Martín, mientras un patriota revoleaba la bandera tripera subido al caballo del libertador

“La sonrisa del pueblo”… me dije y abrazado a Jorge vestido increíblemente de kiwi, lloramos por la camiseta, que era la alegría del pueblo… y me sentí yendo a la cancha una noche con mi viejo… y sí viejo, elegí…
RM

Rutas de la palabra - (6) Feria Internacional del Libro de Bs As







Palabras de curvas y contracurvas (5) nota en la Radio del Congreso Nacional

Poesías en el camino - (6) - Poeta

Libro: Postales


Poeta
                                                                 

1

Hipnótico el poblador
de la calle solitaria
caminó hacia
         la oscuridad

Mataban metáforas
en la esquina
         del bar
y solo sobrevivían
borrachos ignorantes e ignorados
pendiendo
         de un alambre

El poblador
         escribió su graffitti
con sangre
         y vino barato

2

El tiempo asfaltó calles
         puso luces
                   en las sombras
Carteles luminosos
         suplantaron
los chaperios oxidados
y los perros
fueron perdiendo
         territorio para
enterrar
         sus trofeos óseos

La enamorada
         del poeta
no reconocía
las calles
pero buscaba el designio

sabía que él
había dejado su testamento,
         necesitaba encontrar
la pasión en la palabra

3

Los chicos del barrio
cuando de tanto pelotear
descubrían las luces de las sombras
discurseaban sobre
historias fantásticas
de duendes y piratas
de chorros y prostitutas
a veces
hacían referencia
a una historia
que ocultaba su familia
en cada cena


4

El bar tenía
una foto de Labruna
y de Perón
Un poster de Evita
un mauser oxidado
un espejo con un cuadro
de los abuelos dueños
y entre las botellas
de caña barata
y de licor de huevo
un poema escrito a mano
con la letra chueca
y deshilachada
con final de tango
de entrecasa


5

Con los ojos del tiempo
con las manos llorosos
con el paso cansado
fue cerrando los ojos
la enamorada

Su pelo blanco
balbuceó a su nieta
que buscara el graffitti olvidado
por el mundo

Que encontrara las huellas
de aquel poeta obrero
que murió sin saber
de esta historia

Y repitiendo el viejo
poema de amor
que guardaba en el costurero
abandonó
el camino
para exaltar la metáfora
de la vida


6

El bar fue demolido
por ser solo un bar

Las fotos integraron
los desperdicios de
una bolsa de residuos

Los chicos del barrio
esperaban felices
una casa de video-juegos

Las amas de casa
un supermercado extranjero

Entre los escombros
la ilusión de que perdurara
el graffitti, veía
su final ignorado

El funeral de la abuela
pasó por esa calle
cuando caía la pared
escrita
con vino barato
y sangre digna

Mientras los viejos del barrio
ignorantes e ignorados,
se sacaban
sus gorras para saludar
a la enamorada del poeta
que había muerto por ellos
escribiendo "patria o muerte"
en la pared del bar
cuando los dueños
 de la oscuridad
avanzaron sobre ese barrio obrero
para implementar el silencio

y matar a los artistas